Del noreste a Sartenejas


La primera mención sobre la ubicación física definitiva de la Universidad de Caracas que aparece en los “Documentos de la Universidad Simón Bolívar 1967-1969” data de finales de junio de 1967. Un informe de la Comisión Organizadora señala la inclinación por el este de la ciudad de Caracas, seguramente en tierras del estado Miranda. En noviembre de ese año se habla de operar los primeros dos o tres años habilitando edificaciones como unidades de vivienda del Banco Obrero o liceos,  las cuales se destinarían luego a su uso original o quedarían como bienes a rentar. Para la ubicación definitiva en la zona del este se mencionan La Urbina y Sartenejas. Ya con el concurso del asesor designado por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) Wilhelm Mächler Fehr (Don Guillermo, como yo lo llamaba con cariño), en enero de 1968 se habla de Los Teques, de los Valles del Tuy y en particular Santa Lucía, de Sartenejas con bajas posibilidades debido a los problemas de transporte y al elevado costo del terreno y de La Urbina, que se desechó por el elevadísimo costo de los terrenos, 50 bolívares por metro cuadrado, cuando el Banco Obrero había ofrecido 20 bolívares, precio que todavía se consideraba bastante alto. Más adelante se habla de los terrenos de la Hacienda “Caicaguana” colindantes con la urbanización La Lagunita, que disponía de algunas vías de comunicación. En marzo el Dr. Mächler rechaza razonadamente la ubicación definitiva en El Helicoide propuesta por el Banco Obrero, la cual ni siquiera consideraba apropiada para su uso en forma temporal. Se menciona de nuevo a Sartenejas, con un costo que doblaba el precio estimado por la Comisión Organizadora de la Universidad, a Santa Rosa de Lima, a Los Teques y a la Hacienda Montalbán-La Vega, con un área aprovechable cercana a las cien hectáreas deseadas, pero con un costo muy elevado. En algún momento se mencionó la ubicación en la intercomunal de El Valle, o en el edificio Mereani en la avenida Andrés Bello. En ese mismo mes, en un informe general sobre la institución se detallaban los recursos económicos recibidos en 1967, los asignados para 1968 y los requeridos para 1969. En el último párrafo del documento se informaba que las cantidades mencionadas no incluían aporte alguno para solucionar el problema de adquisición de terrenos, ni para construcciones ni tampoco para alquileres de edificios. Se señalaba que tales recursos serían objeto de consideración especial por parte del Ejecutivo Nacional, por órgano del MOP y que se esperaba la pronta asignación de los recursos tanto para la adquisición de los terrenos, como para las construcciones provisionales.
El Helicoide, una posible sede
De la reunión posterior que sostuviera la Comisión Organizadora con el Ministro de Obras Públicas, se eligió la hacienda Sartenejas tanto para las instalaciones provisionales como para las definitivas. Se visitó el sitio el día 19 de marzo y se ratificó que los terrenos reunían las condiciones necesarias para la ubicación definitiva del Núcleo principal de la Universidad de Caracas; se señaló que la vialidad y otros servicio existentes permitirían, sin muchos gastos adicionales, la construcción de las edificaciones provisionales. El dueño, Antonio Santaella, ratificó su oferta de venta y su disposición a permitir la iniciación de las construcciones provisionales una vez que se llegara a un compromiso sobre la compra-venta. Informó que la parte de la hacienda dedicada a cultivos sería desocupada en un plazo de noventa días, conforme al convenio que él tenía con la Federación Campesina. También informó que de la venta quedaría excluida una extensión de unas veinte hectáreas a la entrada del valle en la parte plana de la hacienda, correspondiente al “Gran Coliseo de Caracas”, que estaría destinado a corridas de toros y a espectáculos de carácter cultural. Ya existían las bases de concreto del tendido norte de dicho coliseo, las cuales fueron aprovechadas hace muchos años para edificar la Casa del Estudiante.
Manga de coleo, al fondo la carretera que
          sube a la urbanización El Placer
Para el coso se había planificado un estacionamiento para cinco mil automóviles, cuyo uso podría convenirse con la Universidad de Caracas. También excluía la oferta la casa principal de la hacienda y otras construcciones adyacentes, pero que se podrían incluir en las negociaciones. El 21 de marzo el Presidente de la Comisión Organizadora, Luis Manuel Peñalver, recibió una comunicación del ingeniero José Sandoval del MOP, en la cual le comunicaba las resoluciones que había tomado ese Ministerio: 1) La preparación del decreto de expropiación de los terrenos de Sartenejas ofrecidos en venta al Banco Obrero, para llevarlo como Punto de Cuenta al Gabinete el 26 de marzo. 2) La encomienda a la Dirección de Bienes y Servicios para la preparación de un avalúo tentativo, en la forma más rápida posible. 3) La necesaria formación de una Comisión Negociadora integrada por el MOP y la Universidad Experimental, para tratar lo relativo a la adquisición y ocupación de los terrenos con los propietarios o sus apoderados. 4) La preparación del diseño de las instalaciones para mil estudiantes iniciales, con base en los elementos prefabricados existentes en el MOP. 5) La expedición de las órdenes pertinentes para que los Talleres del MOP comenzaran a preparar los elementos prefabricados requeridos para reponer los que se iban a emplear y para complementar la demanda de las instalaciones de la Universidad y 6) La instrucción de que instalaciones iniciales señaladas se ubicaran en el terreno de forma tal que no estorbasen las construcciones definitivas. En reunión de la Comisión Organizadora del 22 de abril, el Dr. Peñalver expresó que el Dr. Leopoldo Sucre
Figarella, Ministro de Obras Públicas, le manifestó que se estaba en el proceso de perfeccionamiento del avalúo de los terrenos de Sartenejas, para entrar en conversaciones con los dueños esa misma semana. Parecía que el procedimiento que utilizaría el MOP sería el de negociación, porque se pensaba que la expropiación podría alargarse y resultar costosa. El Ministro había insistido en que Gobierno tenía la intención de adquirir los terrenos y había manifestado a las altas autoridades ejecutivas la necesidad de solucionar ese problema en el mes de abril, a fin de que hubiera tiempo de construir los edificios provisionales para iniciar los cursos en octubre. Teniendo en cuenta que las cosas en palacio, van despacio, el 13 de mayo el Dr. Peñalver anunció que visitaría al Ministro de Obras Públicas, para acelerar las gestiones sobre los terrenos y las construcciones provisionales.
Como resultado de la entrevista sobre los terrenos antes planteada, a finales de mayo la Comisión Organizadora recibió de su Presidente los detalles pertinentes. El Ministro de Obras Públicas le había informado que el avalúo de los terrenos de Sartenejas alcanzaba un valor cercano a los 34 millones de bolívares, incluyendo los terrenos reservados por la Compañía Anónima Bosques de Sartenejas para el Coliseo de Caracas, e igualmente los terrenos y edificios correspondientes a las casas de habitación del Sr. Santaella y de sus familiares. El Ministro consideraba el precio bastante alto y señaló que el proyecto de Decreto de Expropiación estaba listo, pero que preferían llegar a un acuerdo, para lo cual había autorizado al Dr. Peñalver para hablar directamente con los interesados, a fin de ajustar un precio razonable. En consecuencia el Dr. Peñalver se había reunido con el Dr. José González González, representante de la firma Bosques de Sartenejas y había invitado a la Directiva de la misma a una reunión que se efectuaría esa misma tarde en el MOP con el ingeniero Manuel Corao. Después de la conversación con el Dr. González, se resolvió enviar una comunicación a la Compañía, manifestándoles que la Universidad de Caracas había recibido información del Ejecutivo de disponer de veinticinco millones para la adquisición de los terrenos, suma que se proponía como base de la negociación.
En el informe que el Presidente de la Comisión Organizadora presentó el 12 de junio, el primer punto se refirió especialmente al asunto de los terrenos para la Universidad. La Compañía Bosques de Sartenejas había rebajado el precio a 30 millones de bolívares y el MOP había elevado su oferta inicial de 22 millones a 25 millones. Vislumbrando que la negociación podría no darse, se habló de la búsqueda de otros terrenos. También se trató sobre el tipo de construcciones: estructuras prefabricadas para escuelas rurales o edificios de carácter más definitivo, de tres o cuatro pisos y la necesidad de tener un proyecto definido en el año 69. La oferta del MOP de 25 millones, según se informó en reunión de 1º de julio, fue aceptada por la Compañía Bosques de Sartenejas. Dado el estado de las negociaciones, en la misma reunión se habló de la necesidad de elaborar un informe para el Ministerio de Educación sobre apertura de cursos y organización de la Universidad. El 8 de julio se informó que la Compañía Bosques de Sartenejas estaba en quiebra y que posiblemente los acreedores no objetarían la negociación. Para el 15 de julio el ministro Sucre Figarella había pensado en la utilización o adquisición de los terrenos en Los Naranjos, alternativa que fue definitivamente descartada una vez realizados los estudios topográficos. En esa fecha se habló de nuevo sobre el precio de los terrenos de Sartenejas, estimándose que no valían más de 20 millones. En la reunión de la Comisión del 8 de agosto se informó de la ruptura de la negociación de los terrenos, por discrepancias en el número de hectáreas planas ofrecidas (50) y el número verificado por el MOP (30). El Ministro de Obras Públicas resolvió ir a la expropiación, mientras que la Compañía Bosques de Sartenejas buscaba un avenimiento a través de la Procuraduría General de la Nación, ratificaba la suma de 25 millones y detallaba las pendientes de todos los terrenos.
Cuando aparece el 27 de agosto de 1968 el Decreto 1.177 por el cual se declara como zona afectada por la construcción de la Universidad Experimental de Caracas, una extensión de terreno de propiedad particular ubicada en la jurisdicción del municipio Baruta, daba la impresión de que la materia había llegado a su punto final. Las coordenadas del campus especificadas en el decreto firmado por el Presidente Raúl Leoni, están referidas a la estación de triangulación Loma Quintana, cuyas coordenadas son 10°30’24” N 66°55’66” W. Una estación de triangulación es un punto de la tierra cuya posición ha sido determinada por triangulación. El punto origen antes descrito en grados, minutos y segundos, cae en la misma colina que desde 1888 aloja al Observatorio Cajigal, en pleno centro de la vieja Caracas, en las inmediaciones del cerro El Calvario, parroquia 23 de Enero. Al día siguiente aparece una nueva alternativa en los alrededores de Los Teques, correspondiente a los terrenos del Haras Shangri–La de los Hermanos Azpurua más unos vecinos pertenecientes al señor Alfredo Toledo. Se objetaba su situación remota, a una hora de Caracas y que su belleza no era comparable con la de Sartenejas. La gran ventaja era el precio total, unos cinco millones de bolívares, muy por debajo del costo de Sartenejas, lo que había impulsado al MOP a tratar de parar el decreto de expropiación de Sartenejas, pero no pudieron porque ya estaba publicado en la Gaceta Oficial. La opción de Los Teques se descarta a principios de setiembre, por varias razones: 1) En virtud a su nombre, la Universidad de Caracas debería estar en el área metropolitana. 2) Su ubicación cercana a Los Teques causaría confusión e interferencia con el núcleo allí creado por la Universidad Central de Venezuela. 3) La distancia desvirtuaría la idea original de su creación. 4) La inadecuada forma alargada, angosta y sinuosa de los terrenos y 5) La economía del costo sería contrarrestada por la necesidad de construir residencias para profesores y alumnos.
Para setiembre y habiéndose rechazado los terrenos de Los Teques, se esperaba un arreglo favorable con respecto a Sartenejas, gestiones que estaban en manos de la Procuraduría y se anunciaba la próxima firma del arreglo con los dueños. El 30 de setiembre el Dr. Eloy Lares Martínez, Procurador General de la República y miembro de la Comisión Organizadora de la Universidad de Caracas, informó sobre el convenio de avenimiento firmado con la Compañía Bosques de Sartenejas, indicado que el área a adquirir comprendía todo el valle, incluyendo la parte del Coliseo de Caracas. El convenio acordaba la designación de los peritos para el avalúo. Se conversó sobre un plazo mínimo de cinco a seis meses para terminar las construcciones iniciales, tomando en consideración la desocupación de los terrenos, el levantamiento topográfico y pruebas de suelo con estudios de laboratorio, el proyecto de fundaciones y movimiento de tierra, la necesidad o no de pilotaje, obra bruta con tres placas para cada edificio de dos plantas y el acabado final. En octubre, las gestiones ante el Ministerio de Educación condujeron a una visita del ministro Siso Martínez a Sartenejas, quien conversó con el señor Santaella y éste le ofreció la donación de los muebles coloniales de la casa. También se habló de efectuar el aviso de apertura de las preinscripciones y la rueda de prensa sobre la iniciación de los trabajos en Sartenejas, ocasión para la cual el señor Santaella ofreció una ternera. Para diciembre el informe de los peritos estaba retrasado, por la renuncia del que había designado el señor Santaella, al estar en desacuerdo con los otros dos. También había retardo en el avalúo ante la Contraloría de las bienhechurías de los pisatarios, los agricultores que pagaban arrendamiento por las tierras que cultivaban.
Los pisatarios no estaban muy dispuestos a marcharse

E 21 de marzo de 1969 el Dr. Lares Martínez, ya en su carácter de Rector de la Universidad de Caracas, informó que las conversaciones con el señor Santaella en busca de una negociación privada por los terrenos habían sido largas e infructuosas, lo que condujo al decreto de expropiación, al nombramiento de peritos valuadores y a la ocupación de los terrenos y las casas que se habían ido desocupando. Los peritos  no habían podido cumplir su cometido al haber renunciado el arquitecto Enrique Matamoros, designado por del señor Santaella y la decisión de éste de no nombrar un sustituto, a menos que la Contraloría los removiera a todos, pretensión que el organismo no aceptaba. Los otros dos peritos, el ingeniero Ruperto Mac Quhae, representante de la Nación y el ingeniero Pedro Emilio Herrera, nombrado de mutuo acuerdo entre las partes, estimaban como precio máximo 22 millones de bolívares y las aspiraciones de Santaella no bajaban de los 33 millones. Siguió informando el Rector que el arquitecto José Hoffmann ya había elaborado los proyectos para los primeros edificios, cuya construcción había sido encomendada por el MOP a la Compañía Anónima Técnica Constructora. Ésta ofrecía terminarlos en cinco meses y medio, siempre que le entregaran a la mayor brevedad los proyectos para el tratamiento de las aguas negras y la captación de las aguas blancas, que el MOP remitiera a la Contraloría el contrato para su debida aprobación y que el MOP realizara los pagos con regularidad. El MOP había pintado la casa de la hacienda, la cual se había destinado a las autoridades universitarias, y había colocado luces de neón, las cuales el Rector pidió al MOP que fueran cambiadas por no armonizar con el estilo de la casa; también les solicitó otras modificaciones que convirtieran a dicha casa en una digna oficina rectoral.
Casa Los Naranjos, aspecto en los años 60.
La casa grande, donde se asentó el Rectorado

El nuevo Rector Ernesto Mayz Vallenilla, en reunión del 27 de agosto informa que los planes de las edificaciones provisionales estaban muy avanzados y que las autoridades universitarias habían realizado gestiones para la expropiación de los terrenos limítrofes de la Hacienda Sartenejas. Al día siguiente destaca que los lotes situados al sur de Sartenejas ocupan una importante extensión de tierra, cuya urbanización por terceros entorpecería el desarrollo de los planes de la Universidad. A principios de setiembre la autoridades universitarias formulan por escrito al Ministro de Educación, Héctor Hernández Carabaño, el perfeccionamiento de la expropiación. Señala que el establecimiento de vecinos podría causar molestias entre ellos y la población universitaria y que había que decretar la expropiación con urgencia, antes de que el valor y precio de los terrenos aumentara como lógica consecuencia del comienzo de las construcciones universitarias. Otro lote de terreno que consideraban necesario expropiar era aquel donde funcionaba el Club Sartenejas, del lado este de la carretera, frente al valle y cuyo destino sería el de servir como sede al Instituto Universitario de Tecnología. La respuesta del MOP fue ordenar la mencionada expropiación, gestión que contaba con el respaldo del señor Presidente de la República. A mediados del mes el Dr. Rivero Palacio informó que los topógrafos del MOP que estaban haciendo el levantamiento de Sartenejas, habían recibido instrucciones de levantar también los nuevos terrenos solicitados. Sobre las construcciones, señaló que sólo se disponía de un plano en escala 1:5.000 y que era necesario hacer un levantamiento aéreo a escala 1:500, cuyo costo era de 130.000 bolívares (un poco más 30.000 dólares al cambio de 4.30). Visto con la óptica del siglo XXI y Google Maps, esto no deja de sonar a prehistoria.
En septiembre de 1969, cuando vine por primera vez a Sartenejas junto con Roberto Chang Mota y Luis Fábregas, pude ver como las caballerizas de la casa de la hacienda empezaban a tomar la fisonomía de galpones. Ese nombre no era del agrado del Rector Mayz, razón por la cual los hizo llamar pabellones. En el sitio nos recibió el Vicerrector Administrativo Federico Rivero Palacio, quien estaba coordinando la construcción y mientras hablábamos recorrimos las incipientes edificaciones que albergarían las primeras aulas. Palas, picos, tobos, cucharas de albañilería y aperos de montar compartían el espacio con caballos, jinetes, obreros y caporales, bajo una atmósfera donde el olor a forraje y a estiércol se mezclaban con el del cemento que terciaban con arena y agua en el lugar. El Decreto de Expropiación de las zonas limítrofes fue firmado el 19 de noviembre de 1969 por Rafael Caldera, Presidente de la República. Para marzo de 1970 la Consultoría Jurídica informó sobre la situación de los pisatarios, los cuales no estaban pagando arrendamiento ni a los antiguos propietarios de los terrenos ni a la Universidad. Por otra parte, el MOP había pagado las bienhechurías a varios de los pisatarios y continuaría haciéndolo. Para mi, en la preocupación que en ese momento surgió acerca de la conservación del buen aspecto de esos terrenos una vez que se hubiesen retirado los pisatarios, está la semilla de los jardines, una parte importante de la identidad del campus de Sartenejas. En abril el Rector informó haberse enterado de un problema existente con el decreto de expropiación de los terrenos adyacentes, por la suma de dinero que representaba la expropiación de ciertas parcelas. Todos los miembros de la Comisión Organizadora estuvieron de acuerdo en la necesidad de defender a toda costa esos terrenos y que si existió algún error de cálculo en el precio, era imputable al MOP. Más adelante y de acuerdo con el Director de Bienes y Servicios del MOP, se convino en principio en reducir la expropiación de las áreas al sur de la Universidad, a una franja que estableciera la necesaria separación con la Urbanización Monte Elena, debido a los altos costos. El recuento del año 1970 sobre los terrenos, finaliza en abril con el anuncio de creación en el Departamento Vargas de un Instituto Tecnológico Universitario dependiente de la Universidad. Aquí se empieza a vislumbrar lo que, dentro de la concepción de Núcleos de la Universidad, sería a la postre el Núcleo del Litoral, cuya interesante historia espero poder narrar.

Como punto final debo asentar que ignoro cuánto se pagó finalmente por el Valle de Sartenejas, pero sí que la cancelación se hizo con Bonos de la Nación, los cuales no podían ser cobrados aún varios años después de emitidos. En las colinas del Valle de Sartenejas estaba planificada la Urbanización Monte Elena (en honor a Doña Elena de Santaella),  de la cual se llegó a construir la primera etapa, vendida y habitada, cuyas dos entradas están al lado del Departamento de Mantenimiento, frente a la salida de la universidad y frente a la entrada del Parque Tecnológico de Sartenejas (PTS). La segunda etapa, que abarca los terrenos del PTS, donde están el Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), el Instituto de Ingeniería y el Instituto Universitario de Estudios Musicales, fue afectada por el segundo decreto de expropiación ya mencionado. La tercera etapa quedaba del otro lado de la autopista, en la actual vía hacia Monte Claro, zona que fue invadida a raíz de la muerte de Don Antonio Santaella.

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